De la Estrategia a la Ejecución: Dominando el Performance Management

De la Estrategia a la Ejecución: Dominando el Performance Management

Convertir la estrategia en acción real

Convierte tu visión en resultados reales con un sistema de gestión del desempeño estratégico ágil y efectivo.

Diferenciando el diseño de la ejecución

Muchas organizaciones se embarcan en intensivos procesos de planeamiento estratégico, que parecen estar más cerca de una destreza intelectual que a la ejecución. 

Dichos procesos suelen alcanzar la obsolescencia en la misma rapidez con la que se despiertan las noticias de nuestros periódicos. 

 

Es que en un mundo tan dinámico y global, las interdependencias son cada vez mayores y los movimientos de un mercado generan un tsunami en otros, acortando los ciclos de revisión de las estrategias.

 

Muchas empresas han desmantelado sus áreas de planeamiento estratégico, por considerarlas excesivamente teóricas y han integrado sus funciones en oficinas más orientadas a la gestión. 

 

La creación de valor en una organización está dada por la combinación de una formulación estratégica consistente y una alta capacidad de ejecución.

 

Excesiva atención en la formulación estratégica con bajos niveles de ejecución, nos llevará a la pérdida de oportunidades. 

 

Si por el contrario, el foco se encuentra en la ejecución, sin diseñar espacios de planeamiento y reflexión, se podrá experimentar movilización pero con un significativo aumento de riesgos en la operación por avanzar sin un rumbo claro.

 

“No queremos enfocarnos solamente en cómo somos, sino en lo que queremos ser y qué tenemos que hacer para que ello ocurra.”

 

Creando una nueva disciplina

Hay un largo trayecto por recorrer en las empresas latinoamericanas respecto a la gestión del desempeño empresarial; hay un cambio en el perfil del gestor estratégico. 

 

Antes quienes diseñaban los planes no estaban involucrados en la ejecución de los mismos, ahora se necesita un guardián que evalúe continuamente el impacto de las decisiones en el negocio.

 

 Indudablemente debe emerger una nueva disciplina y una nueva habilidad para gestionar el rendimiento de la estrategia de la organización.

 


 

Una estrategia efectiva no termina en el PowerPoint; comienza cuando se activa en toda la organización.

 

Los tres ciclos esenciales del Strategy Performance Management

 

Un acercamiento al concepto de Strategy Performance Management podría dividirse en tres ciclos:

 

1. Destino y Modelo de Gestión – Balanced Scorecard (BSC)

 

El objetivo principal de esta etapa no radica en la medición, es crear la capacidad de operar el futuro.

 

Es interpretar la visión de la organización y operarla día a día con una filosofía de trabajo distinta.

 

Usando componentes del Balanced Scorecard (BSC), se debe traducir la estrategia como un mapa que nos lleve desde la situación actual hacia la visión, sorteando obstáculos y capitalizando oportunidades.

 

El Mapa estratégico debe sintetizar las expectativas de los accionistas y clientes, nuestras capacidades y habilidades.

 

Una vez diseñado se llevan sus definiciones al terreno tangible a través de métricas y metas, que nos indican dónde y cuál es la magnitud del desafío, integrando proyectos que pongan en funcionamiento a la organización.

 

Muchas empresas en la región por el simple hecho de agrupar todos sus indicadores en perspectivas y ponerles un semáforo dicen tener un BSC y estar gestionando la estrategia, ignorando el impacto que una medición genera sobre otras en la creación de valor.

 

El BSC formaliza un mismo lenguaje para toda la organización, con él se comunican los desafíos estratégicos de la organización y se plasma la empresa futura que queremos ser de manera integral.

 


 

2. Despliegue Organizacional

 

Formalizado el rumbo que ha elegido la organización, las empresas deben desplegarlo a toda la estructura de manera sistemática, para que rápidamente puedan adaptar sus actividades en contribución con la estrategia.

 

Las personas deberían encontrarse en los mapas de sus unidades y áreas para saber dónde, cómo y cuánto pueden contribuir.

 

Muchos ejecutivos nos comparten que transmitir los desafíos estratégicos es un verdadero laberinto:

 

 “la comunicación de una misma estrategia llega a cada persona con mensajes distintos y a destiempo”.

 

Un despliegue metodológico permite sinergizar las agendas ejecutivas, compartiendo recursos, clientes, intercambiando conocimientos, encontrarse con la estrategia en cualquier parte de la organización.

 

 Aumentar la performance del desempeño estratégico, exige alinear las definiciones desde la Dirección General a cada unidad, área e individuo.

 

 

“No queremos enfocarnos solamente en cómo somos, sino en lo que queremos ser y qué tenemos que hacer para que ello ocurra”.

Claves para activar la estrategia desde la estructura organizacional

Alinea cada equipo con metas estratégicas claras y visibles.

Utiliza mapas de contribución individuales por rol y área.

Sincroniza agendas ejecutivas con la visión corporativa.

Promueve encuentros de equipos para compartir logros y desafíos.

Usa sistemas como BSC para dar contexto y dirección continua.

Comunica la estrategia con un solo lenguaje, en todo momento.

Capacita líderes como traductores estratégicos en sus áreas.

Evalúa frecuentemente la comprensión y apropiación estratégica en el personal.

Gerenciamiento Continuo

La mayoría de las reuniones ejecutivas para evaluar el desempeño organizacional se limitan al análisis de indicadores financieros, que solo puede dar información y análisis de sucesos pasados; alguien lo ilustró: 

 

“Es como conducir un auto solo con espejos retrovisores”, son reuniones de reporte.

 

Se somete la estrategia a la disponibilidad de los recursos y no los recursos al servicio de la estrategia. 

 

Una agenda de cambio debe incluir una revisión sistemática y frecuente de la estrategia, una cultura de aprendizaje y no de castigo, de apertura para cuestionar la validez de la estrategia leyendo el feedback de cada área y equipo.

 

Evaluar siempre la distancia con las metas de futuro, evaluar el ritmo y el retorno que las iniciativas están generando, y decidir sobre el uso de los recursos que permitan un mejor desempeño.

 

Conclusión: Cómo ON STRATEGY convierte planes en acción

 

Muchos de los componentes mencionados en la presente nota ya conviven en las empresas, pero desarticulados.

 

Es como comer un plato gourmet con sus componentes por separado. La integración de objetivos, métricas, proyectos y alineación permite hacer de cada componente un sistema integral.


Hoy se encuentran los componentes orientados a usos y costumbres históricos, no a un verdadero proceso de reflexión.

 

Evalúe su actual forma de gestionar el desempeño estratégico en su organización, descubra oportunidades de mejora y muévase hacia una mejor práctica de ejecución.


En ON STRATEGY ayudamos a las organizaciones a orquestar estos elementos en un solo sistema de gestión estratégica integral, capaz de traducir visión en resultados con precisión, velocidad y sostenibilidad.


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Equipo Editorial ON STRATEGY Inspirado en por Walter G. Larralde